Chiapas y Tabasco, los estados de Morena


Sarelly Martínez Mendoza

Solo en dos estados está segura la victoria de Morena al gobierno local en las próximas elecciones;
se trata de Chiapas y de Tabasco, las dos vinculadas al presidente Andrés Manuel López Obrador.
Aunque nació en Tabasco, entidad a la que llama su agua, estuvo siempre en contacto con
Chiapas, a la que nombra con cariño como su tierra. Los tabasqueños mantienen un contacto
permanente con nuestro estado. Tabasco, que es una tercera parte de Chiapas, no puede
entenderse sin los caudales de ríos que tienen su origen en nuestro territorio.
En Tabasco, Javier May, exdirector de Fonatur, ganará sin complicaciones. No tiene
enfrente a ningún oponente serio. La entidad más morenista es Tabasco. Ahí manda el presidente
sin despeinarse. La lista nominal de electores en ese estado es de un millón 800 mil ciudadanos; en
Chiapas, de tres millones 800 mil ciudadanos.
En 2018, Adán Augusto López obtuvo con la coalición Juntos Haremos Historia,
encabezado por Morena, 732 mil 743 votos; mientras que su oponente más cercano, Gerardo
Gaudiano Rovirosa, del PRD, 233 mil 675 votos. En total, acudieron a las urnas un millón 140 mil
tabasqueños.
Pese a que el padrón es mayor en Chiapas, en esas elecciones Rutilio Escandón solo
alcanzó 190 mil votos más que su cuñado, al obtener 922 mil 111 sufragios. A las urnas acudieron
dos millones 218 mil votantes; un millón 78 mil más que en Tabasco. Es decir, el número de
votantes en Chiapas fue el doble que en Tabasco.
Así que el más millón y medios de votos que se espera obtenga Morena en nuestra
entidad será vital en el recuento para Claudia Sheinbaum. No hay dudas de que Chiapas aportará
la mayor diferencia de votos en la elección presidencial, y que podría alcanzar el millón de
sufragios.
Uno de los problemas al que se enfrenta Morena para rebasar el millón y medio de votos
es que los electores no acudan de forma masiva a las urnas. Ante una elección estatal en la que no
existe oposición es complicado levantar el ánimo para acudir a las casillas; en 2018, la
participación ciudadana fue del 68 por ciento.
Habrá que aceitar la estructura de simpatizantes que pueda movilizarse y encuentre
motivaciones para desplazarse hasta su casilla. La ventaja para ese partido es que Eduardo
Ramírez Aguilar, el virtual candidato a gobernador, es el político que mejor controla y conoce
estos escenarios.
La estructura que armó desde que era secretario de Gobierno le redituó, al final, en un
cálculo de rentabilidad política convertirse en abanderado de Morena a la gubernatura del estado.
En los seis estados restantes que tendrán elección a gobernador, las preferencias para
Morena no están claras. Hay entidades en donde se da por descontado su derrota, como Jalisco y
Guanajuato, mientras que, en otros, se podría complicar como en Veracruz, Morelos, Ciudad de
México y Yucatán.
Ante esta incertidumbre, los votos que obtenga Morena en Chiapas serán fundamentales
para apuntalar el triunfo de Claudia Sheinbaum, sobre todo por la diferencia de votos con la
oposición que, en el caso local, será, decía, de alrededor del millón de sufragios.
A partir de febrero, Eduardo Ramírez Aguilar pedirá licencia como senador de la República;
lo veremos entonces dedicarse de tiempo completo a aceitar una estructura ciudadana que
permita captar el mayor número de votos para Morena en Chiapas.