
El MUCH y la Caravana Balam han llegado ya a 25 municipios, ofreciendo educación, robótica y aprendizaje lúdico
KEVIN NARVARTE/TDN
En un estado marcado por la desigualdad en el acceso a la educación, el conocimiento toma ruedas y se vuelve espectáculo. El Museo Chiapas de Ciencia, Tecnología e Innovación (MUCH), bajo la dirección de la Agencia Digital Tecnológica del Estado (Aditech), transformó la idea del museo tradicional en una experiencia interactiva, dinámica y descentralizada. Con dinosaurios robóticos, salas táctiles y tecnología aplicada al asombro, el museo ha pisado 25 municipios y ya alista una jornada masiva para volver a sacudir la curiosidad científica en Chiapas.
Lo que hace al MUCH un fenómeno regional no es solo su exposición, sino su convicción: la ciencia debe tocarse, escucharse, vivirse. Bajo esta premisa, la Caravana Balam ha logrado cruzar brechas geográficas y económicas, llevando talleres y demostraciones a comunidades donde las aulas carecen incluso de pizarras completas. En estas rutas, la ciencia se vuelve juego, los experimentos saltan del laboratorio a la plaza, y la infancia redescubre su derecho al conocimiento.
Desde Copoya hasta Cintalapa, el MUCH ha demostrado que no se necesita una gran infraestructura para generar un gran impacto. Lo que se necesita es voluntad política, estrategia pedagógica y un enfoque que priorice la experiencia sobre la formalidad. En palabras de Jovani Salazar, “no exhibimos ciencia, la hacemos relevante”, un enfoque que rompe con el esquema elitista del saber científico y lo vuelve parte del día a día.
Ahora, con el desarrollo de una aplicación móvil en marcha, Aditech busca prolongar esa chispa de curiosidad más allá de las visitas físicas. Juegos digitales, herramientas interactivas y simulaciones en tiempo real formarán parte de un ecosistema educativo pensado para las infancias de Chiapas, especialmente aquellas que no pueden llegar al museo, pero sí al celular. Tecnología y educación comienzan a hablar el mismo idioma.
En un contexto donde muchas veces la inversión pública olvida al conocimiento como motor de transformación, Chiapas está creando un modelo de apropiación científica con rostro local y futuro digital. El MUCH no solo exhibe fósiles; activa futuros.
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