Con marcha exigen seguridad para Sitalá

Pobladores mencionan importancia de garantizar tranquilidad para infantes en la región, los
cuales son vulnerables


CARLOS RUIZ/PORTAVOZ


En un acto desesperado frente al incesante incremento de la violencia, más de 300 habitantes de
Sitalá emprendieron una peregrinación pacífica este fin de semana, con la intención de exigir a las
autoridades el aplicar el Estado de Derecho en zonas afectadas como Chicomuselo, Frontera
Comalapa, Motozintla y Amatenango de la Frontera, donde persiste la disputa entre grupos
delictivos por la plaza.
En un comunicado, la comunidad expresó su dolor por la imparable violencia en Chiapas y su firme
creencia en la esperanza divina, “Con el corazón adolorido y tristeza, hemos salido a peregrinar,
manifestando que, a pesar de la oscuridad, también creemos en la esperanza que nos da nuestro
Dios”, señaló el comunicado.
La marcha se convirtió en un clamor desgarrador frente a la crítica situación, exigiendo al
Gobierno local y las instituciones de seguridad, intensificar esfuerzos y liberar a Sitalá de la
influencia de cárteles, grupos armados, caciques, cantinas, prostíbulos y narcomenudeo.
Los participantes, en sus mantas, destacaron el deseo de paz de los niños del municipio,
acompañando el mensaje con un texto bíblico: “Los niños queremos paz en nuestro pueblo.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios”.
Los pobladores expresaron que reconstruir el tejido social y restablecer la confianza con las
autoridades de seguridad de la localidad es una pieza fundamental para generar un nuevo clima
de paz y libre de cualquier conflicto.
Esta marcha se convierte en un llamado urgente de los pueblos indígenas, quienes, agotados por
la violencia, exigen a las autoridades de los tres órdenes de Gobierno el restablecimiento del
orden en Sitalá y la región fronteriza de Chiapas. La comunidad clama por la paz y la acción
inmediata para poner fin a la espiral de violencia que afecta a la región.


Es un llamado urgente de pueblos indígenas, quienes, agotados por
la violencia, exigen restablecer el orden