Por Enriqueta Burelo
Quienes vivimos en Chiapas y estamos atentas a lo que ocurre en nuestro estado, nos hemos
familiarizado con un tema grave y doloroso, el desplazamiento forzado interno , un hecho que
rompe con nuestra historia, con nuestro diario vivir, nuestros recuerdos, ya que implica dejar
nuestra tierra, nuestras propiedades, estar a expensas de la caridad de las organizaciones civiles y
religiosas, de la ayuda en ocasiones mínima por parte del gobierno, nos quita la autonomía
económica, es un éxodo a tierras desconocidas motivado por la sobrevivencia.
Durante muchos años el desplazamiento forzado se reducía a comunidades de nuestros pueblos
originarios, por motivos religiosos, por conflictos de tierras o enfrentamientos políticos, pero,
ahora ha surgido otro factor aun mas grave que hermana a indígenas y mestizos el crimen
organizado.
Recuerdo que gobernaba Patrocinio González Garrido, cuando se hizo un foro para que se
expresaran los motivos de las expulsiones especialmente en Chamula, en ese periodo de nuestra
historia se dieron las principales expulsiones por motivos religiosos que dieron pie a la
conformación de La Hormiga, y una serie de asentamientos en San Cristóbal de las Casas.
El fenómeno del desplazamiento forzado se ha incrementado en las últimas décadas,
particularmente a raíz de la espiral de violencia generalizada que vivimos dada la ausencia de una
política de seguridad que valga la redundancia, haga sentir a la población segura y protegida, hoy
la seguridad está en manos esta en manos de un cartel que protege a la población del cartel
contrario, nunca imaginamos encontrarnos entre dos fuegos y en ocasiones tres cuando participa
la guarda nacional.
Recuerdo con nostalgia mis viajes por diversos motivos a Motozintla en nuestro recorrido
atravesábamos Frontera Comalapa, Amatenango de la Frontera, Mazapa, sin ningún temor a un
asalto y menos a vernos entre dos fuegos con motivo a enfrentamientos entre grupos criminales
como también ha sucedido en Jiquipilas.
Documentar el éxodo es prácticamente imposible. Chicomuselo es uno de los municipios donde
desde hace más de dos años los carteles de Sinaloa (CDS) y Jalisco Nueva Generación (CJNG)
mantienen enfrentamientos por la posesión de las rutas de tráfico de droga, de personas, y ahora
por la explotación ilegal de minas. Para llegar al lugar hay dos vías, una por la sierra de Motozintla,
y otra por Frontera Comalapa; en todos estos lugares hay retenes de estos grupos y, en momento
más álgidos, como el actual, enfrentamientos armados llegar a vivir
De acuerdo con la ONU, los desplazados internos son “personas o grupos de personas que se han
visto forzadas u obligadas a escapar o huir de su hogar o de su lugar de residencia habitual, en
particular como resultado o para evitar los efectos de un conflicto armado, de situaciones de
violencia generalizada, de violaciones de los derechos humanos o de catástrofes naturales o
provocadas por el ser humano, y que no han cruzado una frontera estatal internacionalmente
reconocida”. https://frayba.org.mx/desplazamiento-forzado-en-chiapas-los-impactos-de-la-
violencia-y-la-impunidad/
Se ha tipificado las causas del desplazamiento forzado interno en 5 rubros: políticas, represión a
grupos opositores, religiosas, agrarias, delictivas y extractivistas, resultado estas ultimas de los
proyectos mineros, presas, infraestructura. La principal causa seria la delictiva, constituid por la
delincuencia organizada y guerra entre carteles. Los estados con mayor número de casos son
Guerrero, Sinaloa, Michoacán, Chihuahua, Tamaulipas y desafortunadamente Chiapas se ha
sumado a esta lista.
Es preciso señalar que los grupos de población más vulnerables por el desplazamiento forzado son
las niñas y los niños, las mujeres embarazadas y con hijos pequeños, así como los hombres y
mujeres mayores de edad. Ellos son quienes más sufren este entorno de violencia, que tiene
impactos psicosociales tan profundos que han llevado a personas al suicidio. las mujeres son
víctimas de violencia sexual, laboral, la infancia deja de asistir a la escuela.
Documentar el éxodo es prácticamente imposible. Chicomuselo es uno de los municipios donde
desde hace más de dos años los carteles de Sinaloa (CDS) y Jalisco Nueva Generación (CJNG)
mantienen enfrentamientos por la posesión de las rutas de tráfico de droga, de personas, y ahora
por la explotación ilegal de minas. Para llegar al lugar hay dos vías, una por la sierra de Motozintla,
y otra por Frontera Comalapa; en todos estos lugares hay retenes de estos grupos y, en momento
más álgidos, como el actual, enfrentamientos armados.
Hoy en la región se está viviendo una grave situación la población se pregunta ¿por qué las fuerzas
armadas permitieron el desalojo de varias comunidades de parte de los grupos criminales y
mantienen secuestrado al pueblo y a ellos no les dicen nada? ¿Por qué con las comunidades en
resistencia sí se violentan? Se ha perdido la confianza a los elementos del ejército y de la Guardia
Nacional, por qué hasta ahora solo actúan contra la población que resguarda sus comunidades y
piden diálogo y no contra los que desalojan, asesinan y secuestran a los pueblos”, apunta el
documento.
Para darnos una idea del numero de desplazados, el Observatorio Ciudadano Chiapas, informó que
de 2010 a 2021, tenemos en Chiapas a 14,500 personas siendo los municipios de Chalchihuitan,
Chenalhó, Aldama, San Andrés Duraznal y Pantelhó, los mas afectados de acuerdo con el Centro
de Derechos Humanos Fray Bartolomé de las Casas.
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