
El acuerdo apuesta por una fiscalización más cercana, técnica y efectiva en cada etapa de la obra pública
KEVIN NARVARTE/TDN
En un momento donde la confianza ciudadana en las instituciones depende de acciones concretas, la firma de un convenio entre la Auditoría Superior del Estado (ASE) y la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) en Chiapas apuntó hacia un objetivo claro: elevar los estándares de transparencia en la ejecución de obra pública. Más que una alianza formal, el acuerdo representa un intento por construir un nuevo tipo de colaboración entre gobierno y sector privado, uno donde la fiscalización no sea vista como obstáculo, sino como una herramienta de calidad.
La obra pública ha sido históricamente terreno fértil para la opacidad y el despilfarro. Por eso, el compromiso de la ASE de sumar al gremio constructor a las tareas de vigilancia no es menor. En voz de su titular, José Antonio Aguilar Meza, se plantea una visión en la que cada peso invertido por el Estado se traduzca en resultados tangibles para los municipios, con obras que respondan a criterios técnicos antes que a intereses políticos.
Este nuevo modelo de colaboración implica también una descentralización del control. Con la propuesta de que representantes de la CMIC acompañen directamente las auditorías en territorio municipal, se abre una posibilidad para que la fiscalización tenga un rostro más cercano y menos burocrático. Esa cercanía no solo puede mejorar la detección de irregularidades, sino que también puede prevenirlas desde la planeación misma de las obras.
En el fondo, esta alianza es un reconocimiento tácito de que los esfuerzos aislados ya no son suficientes. La transparencia requiere manos múltiples y ojos diversos. Si el empresariado se compromete a poner su experiencia técnica al servicio del escrutinio, y las autoridades permiten que esa vigilancia incida en las decisiones públicas, entonces el resultado no será solo una obra concluida, sino una obra legítima.
El reto, sin embargo, está en la implementación. La vigilancia debe ir más allá del papel y traducirse en resultados visibles. De lo contrario, cualquier intento de colaboración terminará siendo una fotografía institucional más. Hoy Chiapas tiene la oportunidad de convertir a la obra pública en un ejemplo de eficiencia y legalidad; dependerá de la voluntad conjunta que este acuerdo no se quede solo en buenas intenciones.
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