Exigen facilitar el acceso a un control médico adecuado para los lesionados que aún
presentan secuelas
MIROSLAVA HERNÁNDEZ/TNChiapas
A casi un año del colapso de la recién inaugurada Unidad Deportiva de Motozintla, que dejó
como saldo a 15 personas lesionadas, incluyendo a varios menores de edad, familiares de las
víctimas del derrumbe claman justicia y atención médica adecuada, debido a que a la fecha
aún hay menores de edad que siguen en espera de cita con un médico especialista debido a las
secuelas que presentan.
Fue el 17 de febrero de 2023 cuando los fuertes vientos del Frente Frío número 33,
ocasionaron el desprendimiento de las láminas del domo deportivo, mientras en él se
encontraban niños jugando en la cancha techada, dejando un saldo de 10 infantes y cinco
adultos lesionados.
Tras estos sucesos, las víctimas fueron trasladadas a la clínica del IMSS-Bienestar para recibir
una atención inicial, no obstante, varias de las personas necesitaron citas subsecuentes por las
secuelas de las lesiones, sin embargo, reclaman no contar con el apoyo de la Secretaría de
Obras Públicas estatal para que faciliten el control médico que deberían de tener, esto a pesar
de que tiempo atrás la dependencia se había comprometido a brindar la asistencia médica
requerida.
Por lo anterior, las madres y padres de familia de los menores lesionados, han externado su
preocupación por las secuelas de sus hijos, demandando atención médica urgente debido a
que algunos de ellos aún sufren fuertes dolores.
Asimismo, aseguran haber enviado documentos a las autoridades para solicitar atención
médica y apoyo económico para el traslado de los menores con un especialista, sin embargo,
hasta el momento no han tenido respuesta.
“A pesar de la ayuda inicial de las autoridades estatales, esta no fue suficiente para cubrir las
necesidades médicas a largo plazo y los menores enfrentan dolores constantes que podrían
agravar su salud”, reclamó Deysi Sánchez, madre de uno de los menores de edad que resultó
afectado.
El menor recibió un golpe en la cabeza al momento del derrumbe del domo, clama por el
apoyo de las autoridades debido a que por limitaciones económicas no ha podido llevar a su
hijo a que le realicen estudios médicos que aún necesita.
Una situación similar enfrenta Rogelio Velázquez, padre de otro menor afectado, quien
presenta dolencias persistentes y necesita de estudios para evaluar el impacto en la salud del
infante, al igual que del tratamiento de un traumatólogo por las secuelas del accidente.
No obstante, los daños no se resumen en heridas físicas, sino también en económicas y
morales en la comunidad, en donde se ha generado una creciente desconfianza hacia las
autoridades y constructoras responsables de techar los espacios públicos, por ello las familias
afectadas, además de exigir justicia y atención médica adecuada, demandan la pronta
reparación de la infraestructura de la Unidad Deportiva, pidiendo para este último punto,
transparencia y calidad para evitar otros accidentes de este tipo.
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