Investigadores y docentes trazan propuestas concretas para repensar la migración desde la frontera sur de México
KEVIN NARVARTE/TDN
En un contexto regional marcado por desplazamientos masivos, tensiones geopolíticas y vacíos institucionales, el Programa Universitario de Estudios Transfronterizos para el Desarrollo (PUET) inició los preparativos para la Cumbre Migratoria 2025, en colaboración con el Centro de Estudios para el Desarrollo Municipal y Políticas Públicas (CEDES). La reunión, celebrada el pasado 19 de mayo, no fue solo un ejercicio logístico, sino una muestra de que el conocimiento académico puede convertirse en un motor real de transformación política.
Lo que se cocina en estas mesas de trabajo va más allá de cifras o diagnósticos. La presencia de investigadoras e investigadores como la doctora Andrea Mena Álvarez y el doctor Moisés Silva Cervantes apuntó a la intención de articular un enfoque profundo, humano y territorial sobre la migración. No se trata solo de visibilizar a las poblaciones migrantes, sino de cuestionar los marcos normativos y las prácticas institucionales que han fallado en garantizar derechos básicos.
El valor de esta Cumbre no será su discurso, sino su capacidad de incidencia. Por eso, el rol del Comité Académico Asesor del PUET cobra relevancia: se espera que sus integrantes no se limiten a participar, sino que propongan rutas de acción concretas para los gobiernos locales, universidades y organizaciones que conviven cada día con los efectos del fenómeno migratorio.
La frontera sur de México, históricamente mirada desde el centro del país como un “paso” y no como una región con voz propia, podría encontrar en esta Cumbre una plataforma para redefinir su papel. Con actores académicos comprometidos y una agenda enfocada en el desarrollo municipal, hay potencial para impulsar propuestas que no se queden en lo declarativo.
El reto está en traducir los saberes acumulados en acciones medibles. Si la academia logra que sus propuestas permeen en los marcos de decisión pública, Chiapas podría dejar de ser solo un territorio de tránsito y convertirse en un referente para nuevas políticas migratorias desde lo local. La reunión del PUET y el CEDES fue, quizás, el primer paso hacia esa posibilidad.
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