Trump ordena la apertura de centro de detención migrante

Refuerza su postura sobre inmigración y seguridad nacional, mientras genera un fuerte rechazo de activistas

AGENCIAS/TDN

El presidente Donald Trump firmó la semana pasada la Ley Laken Riley, una medida que establece la apertura de un centro de detención en Guantánamo, Cuba, destinado a 30 mil migrantes indocumentados que no pueden ser deportados a su país de origen. Esta ley se convirtió en la primera de su administración y reflejó la postura dura del mandatario hacia la inmigración irregular en Estados Unidos.

La base de Guantánamo, conocida por su uso en la guerra contra el terrorismo, será ahora el refugio para migrantes acusados de delitos violentos, incluidos aquellos sin condena. Trump justificó la medida como parte de su compromiso con la seguridad nacional, pero la decisión de usar Guantánamo ha desatado críticas, dado su historial controversial en derechos humanos.

La ley, que lleva el nombre de Laken Riley, quien fue asesinada en Georgia, busca acelerar la detención de migrantes que enfrentan cargos por delitos graves. El presidente destacó la ley como un homenaje a la joven, pero muchos se cuestionan si realmente está sirviendo para proteger a las víctimas de crímenes violentos o para implementar una política más estricta de inmigración.

La medida también ha provocado una fuerte resistencia de los defensores de los derechos humanos, quienes denunciaron que la ley no solo es injusta, sino también ilegal. Argumentaron que detenciones preventivas sin condena violan principios básicos de justicia, como la presunción de inocencia, y podría abrir la puerta a abusos de poder.

Con esta firma, Trump reforzó su estrategia de endurecer las políticas migratorias, una postura que divide aún más a la sociedad estadounidense. Mientras algunos ven en esta ley un avance en la seguridad, otros la interpretan como un ataque directo a los derechos humanos y una forma de criminalizar a quienes buscan una vida mejor en el país.

“Mientras algunos ven en esta ley un avance en la seguridad, otros la interpretan
como un ataque directo a los derechos humanos”